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diccionario

poético de conceptos

Del latín:anima / aliento (que inspiramos)

Del griego: animus / soplo, hálito (que expiramos)

El alma se relaciona con la respiración y con la vida.
Con la psique; la mente y el espíritu.
Se relaciona con lo consciente y lo inconsciente.
Con ese hilo que conecta la vida y la muerte, que no tiene fin.
Una luz en nosotros, que por contraste, genera una sombra que tratamos de descifrar.
Esa esencia, sustancia, fuerza vital, impulso, que trasciende, que no termina, que siempre está en movimiento y por lo que nosotros tenemos ánimo, somos seres animados y vivos.
Por lo que somos latido, aliento y movimiento.
Se cree que la mente y el cuerpo olvidan, pero el alma recuerda. Como si el alma fuese esa información indispensable en cada uno de nosotros, aquello que no podemos ver, pero que nos hace movernos hacia una dirección, que nos ilumina y que subyace.

Que se puede amar.

Del latín ✨
𝑎𝑚𝑎𝑟𝑒 (𝗮𝗺𝗮𝗿)
-𝘣𝘭𝘦 (𝗽𝗼𝘀𝗶𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱)

Cultivar todo aquello que se siente hogar es aprender a cuidar tu interior, verlo crecer y disfrutar a corazón abierto del proceso: del florecer inesperado, de los frutos tardíos y las pérdidas… fundirse con el tiempo, habitar en su baile de ritmos y bailarle a la vida

La confianza es como un hogar sólido donde todo lo que sucede enseña, aporta y construye calma, valor y respeto.

Si estás seguro, no buscas dominar a otros.

Si estás seguro, no buscas que otros te dominen.

¿Qué dominio vas a buscar desde la seguridad?

Este es mi hogar, no mi dominio. Aquí vivo.

Este es mi cuerpo, mi hogar errante. Aquí soy y experimento mi sentir, no domino.

Esta es mi vida, aquí soy y vivo a corazón descubierto, no domino.

Hay lugares donde sólo encontrarás dominancia, y hay lugares que son hogar y te convierten en casa, y te permiten amar en cuerpo y alma.

El otro día me contaron que hay personas que hacen mandalas en los que ponen toda su dedicación y energía.

Mandalas que pueden trabajar incluso durante años… de los que aprenden, y con los que llegan a mimetizar sus propios procesos internos.

Y cuando lo terminan, tras todo lo dado,
lo rompen
y comienzan uno nuevo.

Y mientras nosotros aferrados a nuestros esfuerzos, como si el esfuerzo midiese el sentido de lo que hacemos.

A veces nos da miedo soltar porque creemos que si soltamos habremos perdido el tiempo, si damos algo por acabado, perderemos la oportunidad de seguir haciéndolo mejor.

Tenemos asociado soltar, dejar ir, con haber fracasado.

Con no haber sido o dado lo suficiente.

Lo hemos experimentado todos: cierras e integras un ciclo y te surgen situaciones e ideas que lo cambian todo y que ni imaginabas que podrían pasarte a ti. ✨

Ninguna fase se disfruta plenamente teniendo miedo a lo que dejamos atrás, miedo a lo que quizá no lleguemos a lograr en el futuro.

Quizá amar es habitar resonancias.

Encontrar ecos en la palabra ajena de aquello que uno sólo se dice en las entrañas.

Voy comprendiendo que los límites no son para defenderme; son para honrarme 

Que saber poner límites no tiene que ver con decirle a otros lo que deben o no deben hacer, ni con las mil y una estrategias e intentos para que no te hagan daño.

Poner límites tiene mucho más que ver con dibujar esa línea que separa lo que eres,
lo que tienes por dentro,
de lo que entregas.

Poner límites pasa por darse espacio,
escucharse,
sentirse,
y aunque a veces cueste, ser consecuente.

Por aceptar que no elegimos lo que sentimos,

ni por qué lo sentimos,

pero sí es cosa nuestra tratar de comprenderlo, abrazarlo y respetarlo.

Si respetas quien eres, buscas aquello que te llena y rechazas lo que no es para ti.

Migrar, del latín migrāre.

Migrar es cambiar de hábitat.

Emprender un viaje a rumbos diferentes,que, a veces, asusta.

La migración de los pájaros, desde los mitos antiguos de Grecia, Oriente… ha simbolizado el movimiento de las almas.

Un movimiento asociado al morir y al renacer espiritual. ‘El lenguaje de los pájaros’ habla de la sabiduría profunda; del conocimiento intuitivo de los ciclos, los ritmos y los mensajes de la vida.

La migración es un proceso de iniciación hacia una realidad desconocida.

El pájaro vive una metamorfosis fruto de una llamada inevitable, que le llevará a transitar un largo camino para acercarse a su naturaleza más pura.

El cielo, lo más elevado y cercano a lo divino, representa el mundo de lo soñado, la creación, la imaginación: la libertad del ser.

La tierra; la materia, sus raíces, el anclaje, la conexión.

El pájaro migra a una nueva tierra donde habitarse siendo más acorde con lo que es Ahora, libre de todo lo que deja atrás y que ha aprendido a integrar durante su vuelo.

Del latín:

re- (de nuevo)
velum (vela; lona, tela, cortina…)

Re-velar es quitar el velo que oculta algo, para verlo con claridad.

Como en un barco al recoger las velas para que el sol entre

Es permitir que pase la luz, ilumine y enfoque.

Quitar una venda.
Revelar un secreto.
Tener una revelación.

Revelar es mirar de frente aquello que no podías ver porque en el fondo era difícil de aceptar.

Recordar: volver a pasar por el corazón. 🌻

Del latín “recordis”
(re) de nuevo
(cordis) corazón

“La memoria sabe todo lo que ha sido, es y será; posee el conocimiento de los orígenes y de las raíces. Es el poder que traspasa los límites.”

El pasado nos enseña que todo lo que hemos vivido nos ha hecho ser quienes somos.

Nos habla de qué es importante.

Qué nos impulsa. Qué nos frena…

El peso del pasado nos enseña que con él a rastras no podemos avanzar.

Nos enseña que al negar lo que dolió, al negar las heridas, negamos lo que puede curarlas. Negamos todo aquello en lo que nos ha convertido.

Nos invita a soltar lo que fuimos y tener el valor de descubrir quienes somos ahora.

A veces tenemos miedo a dar nuevos pasos, por enfrentarnos a lo desconocido y dejar atrás lugares, personas y momentos donde hemos sido (aunque allí ya no quepa lo que somos, porque nos hemos expandido)

Olvidamos que lo que perdemos no desaparece en nosotros: nos reconstruye, y forma eternamente parte de nuestro camino; cuando deja de ser pilar, sostén y sustento, pasa a ser impulso y motor de cambio ✨

Queremos permanecer. Importar. Ser alguien, ser algo. Ser.
No queremos que lo que somos, un día, se desvanezca sin más.

Queremos permanecer. Tanto, que a veces olvidamos que todo está en movimiento y que nosotros, como todo, estamos transitando. Que siempre lo haremos aunque no siempre estaremos aquí.

Tanto, que fijamos metas y dedicamos tiempo a conseguirlas, olvidando por qué empezamos. Qué nos hace latir, dónde realmente nos sentimos vivos, qué nos hace olvidarnos de pasados y futuros y nos conecta con el presente. Con lo que somos y lo que sentimos Ahora.

“Nada permanece” suena derrotista, pero es una invitación a amar, a ser, a hacer y a crear desde el sentimiento de compartir, experimentar y arriesgarse, y no desde el miedo a perder.

A sentir, a implicarse, a ESTAR. A habitar.

Con lo que expresamos, con lo que callamos, con las visiones que tenemos del mundo y que impactan en todo lo que nos rodea.

Soltar es ser consciente de que todo lo que has aprendido hasta ahora es sólo una pequeña parte de la realidad.

Es entender que hay un mundo entero de posibilidades delante de tus ojos… y que el mundo está ahí: delante de tus ojos. No detrás de tus creencias.

Soltar es aprender a integrar todo lo que te ha hecho más fuerte a lo largo del trecho ya recorrido, y liberar aprendizajes caducos, para poder avanzar sin peso.

Es abrirte a incertidumbre de no saber que encontrarás más adelante.
Es no dar por hecho.
No creer que ya sabes lo que encontrarás.
No perderte imaginando un final catastrófico o idílico.
No pensar en finales y comienzos pasados o futuros, si no en el paso presente.
Es seguir tejiendo camino Hoy.
Con los recursos, las ganas y la intención del hoy, aunque haya habido que destejer y retejer mil veces antes. Aunque haya ideas, personas y lugares que duela haber perdido.

Aunque hayas tenido que parar, o correr sin dirección antes.
Aunque otros lleven otro ritmo.

Soltar es simplemente caminar para abrir, descubrir y vivir el camino que está bajo tus pies.

A veces nos da miedo aceptar que somos seres vulnerables, y creemos que nuestra valía está en demostrar que nuestra coraza es fuerte y resistente Esa coraza se acaba transformando en un muro que nos impide mostrar quienes somos en realidad y relacionarnos desde la honestidad, la pureza y la serenidad.

Nos impide confiar y abrirnos al mundo, a las relaciones y a las nuevas experiencias, y nos obliga a vivir aferrados a lo que algún día funcionó para protegernos pero hoy nos impide ver y sentir.

Derribemos los muros y que todo sea terreno nuevo bajo nuestros pies. Que todo sean hierbas frescas y las piedras las podamos coger con nuestras manos