A la vez que doloroso,
es profundamente sanador.

Es como un estiramiento de huesos.
Un crecer del alma que te permite caminar más erguido en equilibrio.

El amor es seco.
Seco como la nieve cuando el calor la ha vuelto más ligera, menos densa, más habitable.
Como la piel después de un baño
de agua y tiempo.
Como la hoja que cae sin peso.
Seco como la tierra cuando después de la lluvia, gracias al sol, reverdece
Seco, porque el amor se ahoga en el exceso,
y no crece en terreno lleno.
Esperar que seque el llanto,
y que brote de nuevo.