A ti, mujer
A ti, mujer
Que te hablan como si la última palabra de tu boca
tuviese que ser necesariamente adiós
Como si los huecos de tu pecho
tu belleza los llenase
y los anhelos quedasen opacados
en todo aquello que decides no decir
A ti mujer;
que te han abrazado para impedir tu movimiento
y no para ser cobijo y casa,
que te ignoran para que tus palabras pierdan fuerza,
porque tu palabras son la palabra de la vida y la muerte
y albergan el dolor y el vacío donde todo nace
y todo muere
A ti,
que tienes mil vidas pasadas recorriendo tus actos
A ti,
que te han enseñado que el amor es lucha, grito y esfuerzo,
que es rendición y silencio,
y sumisa
te han peinado el cabello
te han apretado las cuerdas del corsé
y te han contado que tu cuerpo
es un pecado
que lo hiriente es tu grasa,
que ocupa
y no su dominancia,
que limita
A ti;
que te han llenado
de historias de muerte,
dolor y fracaso
para que no germines alegrías,
para que no llenes espacios,
para que llegues a tiempo;
siempre a sus tiempos,
contando la vida en todo aquello que aún no has sabido darte
por miedo a las historias de muerte dolor y fracaso.
A ti, mujer,
que vives en cada reflejo de creatividad y fuerza,
que emanas manantiales de amor y esperanza
A ti,
que has disfrazado tu suavidad,
que has evitado escuchar tu voz,
que has visto tanto…
has visto tanto…
Que has bailado aguas que nunca te llenaron
mientras otros bailaban,
y tú,
callada,
esperabas tu momento.
Que has besado ideas de amor
que ahogaban tu aire,
que has dejado de respirar ,
porque sus manos,
y sus mentes
rectas
han apretado.
A ti,
que aun piensas en culpa
cada vez que disfrutas,
cada vez que tus pies se mueven
de aquellos lugares que no quieres transitar.
Culpa y pena,
miedo y rabia,
cada vez que decides que te basta contigo,
que no cedes a pulsos hirientes,
que no te doblegas a exigencias absurdas
A ti,
que con tu risa provocas oleadas de odio
y admiración a tu paso,
que de tu alegría hacen amenaza,
de tu voz mentira
de tus actos locura
y de tu silencio legado,
A ti,
Que te han contado
que tener criterio es desafiar
La Verdad
que te han contado
que tener ganas de cambio
es ser caprichosa,
extravagante y desagradecida
Que moverte a favor de tu instinto
es moverte al son
de los locos y los infames
A ti,
gran mujer; que te endiosan
y por tanto
te deshumanizan
al grito desesperado de ¡diosa mía!
Siempre ‘mía’…;
sé por mí lo que yo no me atrevo a ser,
y te endiosaré por tu belleza,
por tu honestidad,
por tu distancia y tu valentía,
Gran Mujer,
y te juzgaré,
te envidiaré,
y haré que sientas mi desprecio
y que vivas la humillación;
por bella, por honesta,
por distante y por capaz.
Porque me han entrenado,
como a ti,
para rechazar la grandeza que vive en nosotras
y a hacerme pequeña al hacerte
a ti invisible,
ridícula, irreal o insignificante.
A ti, que te llaman “madre”
para que siempre estés,
siempre cuides,
entiendas
y aguantes,
Que te llaman madre
para aprender a cuidarse a sí mismos,
a aguantarse y a quererse,
a costa de tu entrega infinita,
tu sabiduría sutil y camuflada
y tu boca entrenada para el amor
y la compasión.
A ti, que te llaman niña,
no por verte jugar,
si no para que no dejes de ser juguete.
A ti,
que te quieren hacer suya; “mi mujer”
pero no te quieren tuya,
libre de ser fiel a ti misma.
A ti,
que te llaman, mujer,
y en su llamada parecen querer encontrarte
mientras huyen de ti,
Humana.
Que te llaman y te llaman,
pero no esperan tu respuesta.
¿Cuál es tu respuesta, humana?
¿Qué te preguntas a ti misma?
A ti misma,
que ya te hablas como si fueras muñeca de trapo,
protagonista de sus fantasías,
robot de hierro con carnes calientes,
que pareces haber aceptado por norma que te nieguen
la empatía,
la sinceridad
y la calma,
para que no te descuides,
para que puedas con todo
y con todos
y estés bien alerta.
A ti te recuerdo
que eres Humana.
Humana y Mujer.
Humana que añora la infancia perdida,
y que sueña siempre en construir
castillos de esperanza
y ser arquitecta de sus propias ideas.
A ti, mujer,
sentimiento encarnado,
poder incesante,
Fuerza que nace para el amor
y no para la guerra.
Ave Fénix que resurgirá una y otra vez de sus cenizas
y que será eterna.
A ti
que te levantas cada día
con las manos vacías
porque tú misma eres
capaz de vaciarlas
y de ver como la fuente
de tu corazón
las llena
de agua limpia y clara
cada nuevo amanecer.
Que te acuestas por las noches
y te conviertes en tus propios sueños,
que te vives y te experimentas
y descubres en ti la misma Vida,
y el anhelo,
y el Amor que diste te devuelves,
y te reconoces parte de un todo;
Ser,
Humana,
igual a todos.
Eres tanto que no cabes.