El poder de la Serpiente

Tus pies se expanden y tus zapatos viejos, esos que un día fueron nuevos y por mucho tiempo tus favoritos, ya no te entran.

Bajo el mismo proceso del tiempo tú te expandes. Y tu vida, tus hábitos, tu visión del mundo y del ser, que tan útiles han sido y tanto sentido han tenido para ti, ya no te encajan.

Las viejas estructuras de tu mente terminarían ahogándote y obligándote a adaptarte a un espacio cada vez más y más estrecho si te esforzases por mantenerlas.

¿Cuántas cosas que creías ciertas resultaron tener cientos de matices?
¿Cuánto quisiste mantener por miedo a habitar el vacío y lo incierto?

Eso me pasó con La Serpiente 🐍

Creía que estaba asociada con la destrucción, con la tentación, la perdición, la fatalidad…

Mi idea sobre la serpiente me impedía ver que a las verdades el miedo las tiñe de un color irreal y las limita a la comodidad de lo conocido y lejano al conflicto.

Me resultó más fácil creer que hay un mal del que conviene alejarse, que enfrentarme a la verdad que escondía.

La serpiente es un símbolo de renovación, vitalidad, fuerza y resurrección.
La serpiente muda su piel, y se arrastra por la tierra en plena conexión, fluyendo en libertad con su movimiento y sus ciclos.
Refleja el poder de la materia.
Y a mí, en sueños y en trazos subconscientes, ha venido a recordarme que transformarse es un proceso inevitable, necesario y profundamente doloroso.

Que para la libre exploración de lo que soy, deben caer las rigideces que me limitan, fruto del miedo a mí misma y a lo desconocido.
Que debo tener el arrojo de desprenderme de la piel que ya no me permite respirar ni avanzar, y abrirme al sentir de una nueva piel, que no sé por cuánto tiempo habitaré.

Lejos de tentarme a herirme o destruirme a mí misma, la serpiente me muestra la compasión que existe en entender (más con el cuerpo que con la mente), que todo lo que vivimos nos enseña y debemos mirarlo de frente.
Que lo que perdemos no desaparece en nosotros; nos reconstruye, y forma eternamente parte de nuestro camino; cuando deja de ser pilar, sostén y sustento, pasa a ser impulso y motor de cambio.

Si no hubieses andado con los recursos que tenias, no habrías llegado al punto de necesitar desprenderte de ellos para avanzar.
No habrías crecido de la misma forma, y no serías quien eres.

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enero 12, 2025

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